Adicciones, qué son y cómo tratarlas

Frente a las adicciones lo que primero se experimenta es una sensación de no poder parar.

Las adicciones son conductas irrefrenables que deteriorar tanto la salud física, psíquica como social.

Cómo ayudar a una adicto

El primer paso a dar para curar una adicción será reconocer que se está enfermo y aceptarla.

Una adicción es una compulsión, que a su vez es una conducta en la que la persona se ve impulsada a actuar por una fuerza irrefrenable, y que de no satisfacer éste impulso puede experimentar diferentes estados de angustia.

Puede ser muy difícil prevenir una adicción pero es posible reconocerla y tratarla, que es lo más indicado puesto que la persona que la padece sufre y también su entorno más cercano.

Las adicciones pueden conducir a un gran desgaste físico y psíquico, suele dar cuenta de ello el entorno más cercano al afectado, el que suele intentar que el afectado tome conciencia de tal situación generando conflictos y relaciones tensas.

Existe una muy amplia gama de adicciones, ser puede ser adicto a: las drogas, el alcohol, la comida, el tabaco, el juego, las compras, el trabajo, las cirugías estéticas, el ejercicio físico, el celular, la tecnología, etc. Puede llegar a ser interminable la lista de conductas adictivas que puede desarrollar un ser humano.

Un adicto presenta una patología común, el engañar, puesto que se engaña a si mismo y a su entorno de manera casi constante. Padece de estados de ansiedad muy severos, y cree poder manejar la situación, pero ello no es verdad.

Un paso importante para lograr sobreponerse a una adicción es la detección temprana de la misma, puesto que de ese modo existirán más posibilidades de tratarla. Se sabe que no es sencillo reconocer una adicción, tanto para quien la padece en carne propia como para su entorno más cercano, se suele negarla hasta el punto en que la situación se vuelve insostenible.

Lo importante es no negarla, puesto que el primer y más importante paso es reconocerla para así poder arbitrar los medios necesarios para evitar riesgos que con el paso del tiempo pueden ser irreversibles.